SALUD 121 mayores niveles de bienestar general y menores tasas de problemas de salud mental. Estos efectos se mantenían incluso al tener en cuenta variables como el nivel de ingresos, educación o empleo. El contacto regular con el mar puede favorecer la liberación de serotonina y otros neurotransmisores implicados en la regulación del estado de ánimo, promoviendo una mayor sensación de equilibrio emocional. ¿Es cierto que se duerme mejor cerca del mar? Sí, y no es solo una sensación subjetiva. El sonido del mar, que actúa como ruido blanco natural, puede facilitar la conciliación del sueño al reducir la activación fisiológica y bloquear otros estímulos auditivos más disruptivos. Además, pasar tiempo al aire libre, la exposición a la luz natural y la regulación del ritmo circadiano también influyen positivamente en la calidad del descanso. Por otro lado, el nivel del mar ofrece condiciones más estables para el sueño en comparación con zonas de altitud elevada, donde la menor concentración de oxígeno puede afectar la calidad del descanso, especialmente en personas sensibles o con dificultades respiratorias. En conjunto, el mar reúne varios factores que favorecen un sueño más profundo y reparador. ¿Puede el mar ayudar a calmar la mente? Absolutamente. El mar favorece estados espontáneos de atención plena. Un estudio de la Universidad de Stanford (Bratman et al., 2015) demostró que los paseos por la naturaleza reducen la rumiación y la actividad en la corteza prefrontal subgenual, una zona relacionada con el pensamiento negativo repetitivo. Además, el sonido del agua actúa como un modulador sensorial que ayuda a anclar la atención en el momento presente. ¿Entonces, podemos considerar el mar una forma de terapia complementaria? No sustituye a la intervención psicológica, pero sí puede entenderse como un recurso de regulación emocional y bienestar psicológico al que podemos acudir de forma preventiva o complementaria. Incorporar el contacto con el mar en nuestros hábitos -caminar por la playa, observar el horizonte o simplemente respirar en calma frente al agua- puede ayudarnos a restablecer el equilibrio mental cuando nos sentimos sobrecargados. En un entorno como Sotogrande, donde el mar forma parte del día a día, no hablamos solo de un valor estético, sino de un recurso accesible con efectos reguladores sobre nuestra salud mental, respaldados por la evidencia científica. Eso sí, si el malestar persiste o interfiere en la vida diaria, conviene considerar la intervención profesional. Is it true that we sleep better near the sea? Yes, and it's not just a subjective impression. The sound of the sea, which acts as a natural white noise, can help us fall asleep by reducing physiological arousal and masking disruptive noises. Also, spending time outdoors, exposure to natural light, and circadian rhythm regulation contribute to better sleep quality. Additionally, sea level conditions are more stable for sleep compared to higher altitudes, where lower oxygen levels can impair sleep quality, especially in sensitive individuals. In short, the sea offers several factors that promote deeper and more restorative rest. Can the sea help calm the mind? Absolutely. The sea promotes spontaneous states of mindful awareness. A study from Stanford University (Bratman et al., 2015) found that nature walks reduced rumination and activity in the subgenual prefrontal cortex, which is linked to repetitive negative thinking. Moreover, the sound of water acts as a sensory modulator that helps anchor attention to the present moment. So, can the sea be considered a complementary form of therapy? While it doesn't replace psychological treatment, the sea can certainly be understood as a resource for emotional regulation and mental well-being, whether preventively or as a complement. Incorporating the sea into our routines - walking along the shore, looking at the horizon, or simply breathing calmly by the water - can help restore balance when we feel mentally overwhelmed. In a place like Sotogrande, where the sea is part of daily life, it's not just an aesthetic element, but an accessible tool with scientifically supported benefits for our mental health. That said, if distress persists or interferes with everyday life, professional psychological intervention should be considered.
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